6 marzo, 2025
En las primeras actividades del mes de marzo, se comezó con los homenajes a María José Berdullo.
En el marco del Mes de la Mujer, la comunidad de Buchardo se reunió en un emotivo encuentro para rendir homenaje a María José Berdullo, Pepé, una mujer que dejó su huella en la localidad con su legado cultural y su compromiso con la literatura.
El objetivo de esta actividad fue generar un espacio de diálogo entre las mujeres del pueblo para proponer un lugar físico en la localidad que materialice este reconocimiento a la querida Pepé, resaltando su impacto en la comunidad y su aporte a la cultura local. Durante la jornada, se recordaron momentos significativos de su vida y se leyeron palabras alusivas a su trayectoria. Entre ellas, se destacó su presentación en 2024 de su libro “Calas de Papel”, obra que refleja su talento y sensibilidad.
Este homenaje no solo reconoce su trabajo y dedicación, sino que también reafirma la importancia de visibilizar a las mujeres que han dejado una marca en la historia de Buchardo. Desde el municipio se seguirá acompañando el proceso para definir el espacio físico que perpetúe su legado.
Reconocer a la Pepé
“Difícil condensar en unas pocas palabras toda la inmensidad de su existencia. Desde la niña de anteojos grandes y mirada segura, pasando por la docente inquieta y locuaz, hasta su trascendencia sideral. Pasados dos meses de su partida en este plano terrenal, aún no fluyen con claridad tantas palabras que restan por decirle y decirnos.Pepé era, en palabras de sus colegas y estudiantes, una docente-amiga-compañera que dejó huella en cada persona que conoció. Infinidad de fotos, mensajitos, canciones, recortes, siguen inundando las redes sociales para contar cómo era y cómo se nota la ausencia de esa “Pé docente” que comenzó en la Universidad Nacional de Río Cuarto y se forjó en múltiples espacios de aprendizaje colectivo. Si hay un diálogo que puedo reproducir de memoria cada vez que escucho el nombre del Colegio Santa Eufrasia en la ciudad es:– Ah sí, el Santa Eufrasia, yo conozco a la Pepé Berdullo, ella está en ese cole…Las respuestas eran múltiples: “Siii la Pepé, ahora estudio Lenguas gracias a ella”; “Es la mejor profe que tuve”; “Nos hacía hacer un montón de cosas en el aula”; “Siempre tiene una idea para entusiasmarnos”…“Nosotras somos del mismo pueblo, me conoce desde chiquita”, remataba yo, orgullosa. El orgullo no era solo ser de Buchardo, sino reafirmar en el dialogo con desconocidos lo increíble que ella era y lo trascendental que fue para cada persona con la que compartió su tiempo. Creo que su libro, “Calas de Papel” es la síntesis de la Pé: la docente y la del pueblo. Mujer, nieta, hija, madre, que se amalgamó de una manera extraordinaria en sus poco más de cuarenta años.Cuando te entregaba el libro te aclaraba: “Es todo ficción, después contame si te identificas con algún personaje, o si aparecés en el relato”. Claro que sí, que las mujeres de los pueblos del Sur estamos representadas ahí, no por conocer el pueblo, sino porque su trabajo humano, militante y literario supo abarcar las realidades cotidianas de nosotras en este mundo desigual. “Un relato genuinamente feminista” señalaron en una reseña sobre su libro hace unos días. Sí, su libro es una contribución a emancipar y liberar, echando luz o, mejor dicho, echando leña, sobre prejuicios, lugares, espacios, costumbres, secretos, para encender el fuego de la reflexión, el aprendizaje y la transformación. La Pepé condensó todo eso en el libro, pero fue lo que impartió a lo largo de su vida. Con amabilidad y ternura, encendía cotidianamente fueguitos para iluminar caminos de sanación y de empoderamiento a partir de rescatar SIEMPRE los aprendizajes de las experiencias buenas y las no tan buenas. La existencia no es un hecho individual y la Pepé te lo hacía notar todos los días: somos muchos los que estamos girando juntas y juntos y es en ese proceso que la vida tiene sentido y se construye.Las y los buchardenses tenemos un “plus” para leer Calas de Papel, y ni que hablar si éramos amigas de la Pé. Podemos reconocer cada lugar, cada momento, pero, sobre todo, reconocer cómo las Letras le dieron voz a esa niña de anteojos grandes que hizo hablar a todas las mujeres que la precedieron y le regaló versos de resistencia y ternura a las mujeres que la procedemos.Cuando leí el libro tenía la necesidad de saber si la autora tenía la intención de decir algo sobre el pueblo donde nacimos, o si era la reconstrucción de un pasado para poder nombrar el presente. Creo que fue un poco de las dos, que las experiencias pasadas son constitutivas del hoy. Que encontró en la palabra “la forma de sanación más hermosa” y compartió desde y con sus raíces una parte de ello. Homenajearla la hará eterna también en el pueblito hermoso.”